En Stroeder, una localidad agraria del partido de Patagones, se juntaron un grupo de mujeres que se organizaron para pensar un modo de gestionar su trabajo, sabiendo que el trabajo dignifica y nutre sus hogares. Con ese objetivo buscaron una manera de asociarse, que se concretaría en la Cooperativa Mujeres de pie, desde donde brindan servicios de limpieza de patios, calles, escuelas, jardines de infantes, edificios, plazas, cortan el pasto.
Estas pujantes mujeres cuentan con Johana Natali Anduelo, quien preside la cooperativa y busca permanentemente fortalecer el espacio de trabajo para buscar nuevas oportunidades. Es por ello que realiza capacitaciones periódicas en el Ministerio de las Mujeres del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, ha presentado proyectos en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y participó en el Encuentro Regional de Cooperativas, en donde el Instituto Nacional de Asociados y Economía Social (INAES) le entregó la matrícula de la Cooperativa Mujeres de pie.
El INAES, es el organismo encargado de la promoción, registro y fiscalización de las cooperativas y mutuales del país, que ha estado abocado a la tarea de constituir estas nuevas cooperativas, pero también, a la tarea de fortalecerlas a través de la capacitación y educación integral.
Actualmente, la Cooperativa Mujeres de pie se encuentra gestionando un proyecto para la elaboración de productos textiles (delantales, repasadores, rejillas) en el Ministerio de las Mujeres, que incluye financiamiento y capacitación para el desarrollo del mismo. La idea de Johana es dar un salto más para que la producción de esos productos textiles les permita dar mayor sustentabilidad a sus hogares, puesto que son mujeres cabeza de familia.
Otro proyecto que tienen en vista es que su cooperativa trabaje en el reciclado y tratamiento de la basura, un tema sensible en toda comunidad por el impacto medioambiental.
Johana tiene muy en claro que la formación de la cooperativa es un emprendimiento con un objetivo preciso, que no es solamente crear riqueza sino trabajo de calidad en el marco de empresas sostenibles, que intentan aportar a una matriz económica sustentable y más justa para cada familia. Así, las cooperativas permiten que las personas tomen el control de sus economías futuras, y al no ser propiedad de accionistas, los beneficios económicos y sociales de su actividad permanecen en la comunidad.
Cabe recordar que La Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en 1995, estableció que la cooperativa “es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes, por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente gestionada”. Es decir, son empresas centradas en las personas, que pertenecen a sus miembros, quienes las controlan y dirigen. Las cooperativas asocian a las personas de manera voluntaria, democrática e igualitaria, y se gestionan con la regla de “un miembro, un voto”.
El equipo de luchadoras que trabajan en la Cooperativa Mujeres en pie ha comprendido cabalmente que cuando un grupo de personas toma conciencia de sus necesidades, problemas e intereses comunes comienza a organizarse buscando la forma más adecuada de resolverlos. Porque saben que el modelo cooperativo brinda más oportunidades para actuar que hacerlo individualmente, pues permite sumar fuerzas y conocimientos que antes permanecían fragmentados, estimula el desarrollo de economías locales y favorece una lógica de producción sustentable, permitiendo la concreción de un mercado con precios más justos.
En el actual contexto socioeconómico, el cooperativismo de trabajo ha servido para la formalización y consolidación de puestos laborales de manera eficaz y democrática, así como para mantener la dignidad e identidad de miles de trabajadores que habían quedado sin posibilidades laborales. Hoy vemos como amplios sectores de la población encontraron en el cooperativismo, a través de sus valores y principios, una forma de organización y la herramienta que les permite reconstruir su dignidad trabajadora a través del esfuerzo propio, el trabajo autogestionado y en equipo.
Estos valores y principios son los que realzan diariamente las esforzadas y valientes amas de casa que se han asociado en la Cooperativa Mujeres de pie, que con dedicación y dignidad brindan un buen servicio para su comunidad. No sólo han generado trabajo genuino, sino que alumbran con esfuerzo cada hogar para darle el sustento. Son un verdadero ejemplo de una comunidad organizada y solidaria que puede reforzar los lazos sociales.