Entrevista a Silvia Romero, directora de capacitación de Guardas Ambientales
Por Walter Calabrese
Recientemente terminó la formación de Guardas Ambientales a nivel nacional, un colectivo de personas de distintos lugares del país que se pusieron en los zapatos del paradigma de la reducción del riesgo de desastres.
La directora del proyecto, Silvia Romero, es docente jubilada, operadora psicosocial en emergencias psicológicas y capacitadora de Guardas Ambientales, promotores de reducción del riesgo de desastres.
¿Cómo surgió el proyecto de guardas ambientales?
Comenzó en 2008 cuando Fabián Vincent era director de Protección Civil en San Martín de los Andes y, hablando con el ex candidato a Intendente de Dolores (provincia de Bs As) Facundo Celasco sobre el tema ambiental y los riesgos de las poblaciones, dieron los primeros pasos para crear el cuerpo de voluntarios guardas ambientales, promotores de reducción del riesgo de desastres. Posteriormente, cuando Facundo fuera Director Nacional de Reducción del Riesgo en el ministerio de Seguridad, le dio un gran impulso al proyecto.
Hoy día hay varios grupos que se llaman guardas ambientales, ¿cuál es la distinción principal de este cuerpo de voluntarios?
El fundamento principal de los GGAA es la creación de conciencia en cada comunidad de tres ejes fundamentales: el ser humano que impacta en el ambiente que lo rodea, el impacto de los desastres sobre las poblaciones vulnerables que podrían ser prevenidos si se tomaran medidas concretas y por último, la prevención y la mitigación de riesgos de desastres como mirada atenta por parte de cada comunidad, por medio de acciones sustentables y amigables con la naturaleza y en sus propias vidas.
¿Por qué se habla tanto de la gestión de reducción del riesgo?
Estamos en un tiempo bisagra a nivel global. Cuando se habla de cambio climático, debemos evitar ser reduccionistas y creer que sucede por un tiempo donde luego todo vuelve a la normalidad. Estos fenómenos serán cada vez más intensos, frecuentes y virulentos si no se toman medidas serias por parte de los países industrializados y de gobiernos que promulguen leyes en favor del cuidado ambiental. Negar sistemáticamente diciendo que el cambio climático es una fábula, es conveniente para un grupo minoritario cuyos intereses son parte del capitalismo salvaje. Pero es catastrófico para la biodiversidad y la humanidad misma. Entonces, ¿qué nos queda? Estos fenómenos nos interpelan para pensarnos como comunidad, en vez de esperar a que la clase política acuda en nuestra ayuda o tome medidas que para ellos son un “gasto”.
Es un cambio de paradigma para mirar la naturaleza como una familia y no como un recurso solamente. Comenzar a anticiparnos a los desastres y activar acciones para la autoprotección como familia y comunidad, a crear un sistema de alerta temprana comunitaria y medidas que disminuyan el impacto de los eventos socionaturales que ocurren. Cuanta más conciencia colectiva tengamos, mejor podremos planificar, anticipar y responder antes de que ocurran.
Cuando hablás de evento socionatural, ¿qué querés decir?
Las tormentas, el granizo, los vientos, terremotos e inundaciones son fenómenos naturales, pero ¿cuál es el problema?? Que el ser humano edifica sus casas, planifica su producción o construye caminos modificando el entorno natural. Esto puede ser un factor atenuante si se mide el impacto socioambiental, o puede ser un factor agravante si no se tienen en cuenta los factores que potencien desastres. Por lo tanto, una inundación es un evento socionatural cuando el agua sube y no hay previsión en la zona ante esta amenaza, y ahí se genera un riesgo para las familias o poblaciones. Hablamos de prevención y mitigación de los riesgos cuando se tiene en cuenta una amenaza natural en relación con las vulnerabilidades que hay en la población de la zona, para tomar decisiones que reduzcan su impacto.
¿Cómo ves la situación del cambio climático en nuestro país?
Si el cambio climático continúa agudizando dramáticamente los eventos hidrometeorológicos como estamos viendo en tantos lugares del mundo, en Argentina también ocurrirán y será demoledor si no hacemos algo al respecto. De hecho, este año en Misiones hubo más de 4 inundaciones consecutivas en muchísimas poblaciones durante el verano. No terminaban de recuperarse que ya venía otra inundación. Luego, vivimos dos olas de frío que llegaron a regiones impensadas, como la Mesopotamia. Ahora se está esperando una invasión de mosquitos vectores del Dengue y la sequía que se viene este verano, traerá más incendios en diversas zonas del país. ¿Cómo alertamos a la población y cómo ayudamos a que sean alertadas a tiempo, previniéndolas? Ahí es donde los Guardas Ambientales tendrán un gran trabajo que hacer.
Argentina está en un tiempo donde, desde el gobierno actual, el tema se ha infravalorado. ¿cómo lo perciben las comunidades?
En cada lugar adonde voy, escucho la preocupación de los vecinos y vecinas de varios municipios por la recurrencia de eventos y la ausencia o escasez de acciones preventivas de sus gobernantes. Veo gente dispuesta a colaborar e involucrarse en la solución y no en ser parte del problema.
Lo dramático de esto, es que las poblaciones más vulnerables son las de menores recursos, familias que además de perderlo todo no tienen capacidad para poder recuperarse adecuadamente ante las pérdidas producidas por los eventos adversos. Los patrones meteorológicos más agresivos de este último año me hacen temer que el cambio climático se esté acelerando aún más de lo que predicen los científicos. Lamentablemente, los que se encuentran en lugares de poder económico y político ni siquiera perciben como una amenaza el cambio climático, sino que lo quieren mostrar como una falacia. Es tiempo de ver la crisis climática no sólo como problema ambiental sino humano, porque afecta la salud, genera desigualdades e injusticias.
La pregunta es: ¿estamos preparados como comunidad para resistir esas amenazas? La única forma es con conocimiento y anticipación. Es necesario tener una percepción de riesgo real y concretar acciones que salven las vidas y los medios de vida de cada población. La anticipación es crucial. Los guardas ambientales son gente capacitada para alertar en cada barrio sobre los riesgos y compartir ideas que mitiguen las posibles pérdidas producidas por no saberlas. Por eso los llamamos promotores de reducción del riesgo. Soy una convencida de que una comunidad organizada es una fortaleza ante los eventos socionaturales.