Perfil de un emprendedor
Guillermo Ramírez: “Emprender es esa adrenalina de crear algo desde cero”
Por Walter Calabrese
Bahía Blanca es símbolo de grandes industrias, pero también de historias de empuje, de emprendedores que se arriesgan a construir nuevos caminos. El caso de Guillermo Ramírez es paradigmático, pues a sus 28 años ya es un ejemplo de tesón y logros en la ciudad bahiense. Si inició vendiendo zapatillas que habían quedado como remanente de un negocio de su padre, y en un día logró vender todo el lote. Ese evento lo empujó a emprender, a buscar su propio negocio en el rubro de la ropa, llamado Por menos, más prendas.
Guillermo relata que para él emprender “es esa adrenalina de crear algo desde cero, esa vorágine de si van a salir bien o mal las cosas, básicamente el jugártela por un proyecto”. Considera, además, que los éxitos y los fracasos van de la mano, porque son aprendizajes para enfocarse mejor, para darle lugar a la persistencia, la clave para ir intentando una y otra vez hasta que las cosas salen bien. Al encontrar el enfoque solo te queda poner toda tu energía en el negocio.
La historia de este joven, que nació en Puerto Belgrano pero que desde niño adoptó a Bahía Blanca como su tierra, no se detiene en su comercio mayorista que brinda un servicio de ropa de todos los estilos, nacional, importado, de fabricación propia. Ese emprendimiento lo ayudó a apalancarse con lo nuevo que ofrece la tecnología. Hoy va por más con un nuevo proyecto, una especie de “mercado libre bahiense”, donde ya no venderá ropa únicamente, sino comercializará toda case de artículos, como electrodomésticos, bazar, electrónica.
Ramírez sostiene que se ha amigado con la tecnología, puesto que el crecimiento exponencial de su negocio de ropa le permitió realizar una muy buena campaña con la página web, incorporando la Inteligencia Artificial (IA), a la que considera una aliado más que un enemigo. Planea utilizar un chat bot que le permitirá tener un empleado las 24 horas, que va a responder a lo que necesita el cliente y con ello concreta un espacio digital para vender más. Por eso, Guillermo ve a la IA como herramienta válida, porque al vender más se va a necesitar más personas para empaquetar, en la producción y en el transporte. Piensa que la IA va a generar más empleo, por ello se encuentra trabajando con programadores para instalar una página web basada en IA, y a la par el Chat bot que será un soporte para atender todas las consultas, ofrecer catálogos, vendiendo con más precisión según lo que busca cada consumidor.
En su visión y gestión de sus emprendimientos fue vital el rol de su padre y su familia, que lo han acompañado en sus batallas y en sus saltos hacia adelante. En su ADN de emprendedor también está la gratitud de poder generar empleo genuino, y también esa capacidad de asumir riesgos invirtiendo sus ganancias en otro local para expandirse. Sabe que Bahía Blanca tiene mucho potencial que necesita ser explotado, y por ello busca hacer su aporte. Conoce a otros emprendedores con los que comparte experiencias y un plan que ejecutará próximamente, en donde buscará que los proyectos adquieran visualización en la redes, viralizando sus contenidos y productos. Guillermo afirma que ya son más de 120 emprendedores que se mantienen en contacto con él, la idea del proyecto es gestionar los reels y videos que se realizarán de manera compartida.
En la entrevista Ramírez sostuvo que el fracaso no existe como tal, porque debe verse como un camino que trae golpes, pero del cual pueden extraerse un aprendizaje que forma parte del capital cultural que te va formando para ser lo que es hoy: un empresario. Cree que no existe un emprendedor que no haya tenido un fracaso en su carrera, la diferencia la marca la perseverancia. Él mismo cuenta que no nació siendo exitoso y que alguna vez se fundió.
A modo de consejo para quienes están emprendiendo o lo quieren hacer, sugiere que la creatividad es un aliado para avanzar, junto a otros elementos indispensables: las ganas, el esfuerzo, la persistencia y la capacidad de capitalizar las experiencias vividas en el desarrollo del negocio.
Otro factor a tener en cuenta es que no se puede estar ajeno a lo que sucede en la comunidad donde uno vive. Guillermo lo entiende y colabora con el comedor Manos chiquitas. Relata que un vez le vinieron a pedir ayuda para el día del niño y se acercó como lo hubiera hecho cualquier emprendedor que sabe de luchas. Luego, fue a conocer el Barrio Evita, y allí pudo ver una realidad que no es la misma que la suya ni la de sus hijos. “Cuando podemos siempre colaboramos, especialmente en invierno, enviando ropa, frazadas, juguetes, hicimos un asado para 350 chicos. Sabemos que necesitan más, pero si en un día logras sacarles una sonrisa a esos chicos, es mucho. El trabajo fuerte lo hace la Iglesia, yo simplemente soy un colaborador”, afirma Ramírez.
La sensibilidad social de Guillermo también alcanza para ayudar a otros emprendedores con un programa llamado Emprendas, en el cual se respalda a quienes necesitan emprender.
En tiempos donde el individualismo parece ser la moneda de moda, asoman líderes como Guillermo que se atreven a dar una mano a quien camina a su lado, sabiendo que sin respaldo de los conciudadanos es muy difícil iniciar nuevos emprendimientos. Además, su ejemplo muestra que no todo pasa por la cuestión monetaria, sino que los valores que nos hermanan son los que nos hacen avanzar.